Manifiesto

Pelotas de goma, golpes de porra y destrozos. La brutalidad policial se desató el pasado 1 de octubre en Cataluña para impedir que la ciudadanía pudiera votar en el referéndum de autodeterminación, un derecho, el de autodeterminación, reconocido internacionalmente y que todos los estados de las Naciones Unidas están obligados a adoptar. Por suerte, no pudieron impedir del todo, la firme voluntad de resistencia de miles y miles de gente anónima permitió que 2.286.217 personas, el 43,03% del electorado sobre un censo de 5,3 millones acabaran votando, eso sin contar los votos de las urnas que se acabaron llevando tanto la Policía Nacional como Los Mossos d’Esquadra.

Las imágenes de aquella violencia feroz -que dejó más de mil heridos, uno de los cuales perdió la visión de un ojo-, de la policía entrando a los colegios electorales y cogiendo las urnas, recorrieron medio mundo y mostraron la naturaleza autoritaria de un estado español que sigue vulnerando derechos humanos básicos como el de la libertad de expresión.

Pero al igual que la vulneración de los derechos democráticos por parte del estado no empezaba el 1 de octubre, tampoco terminó ese día. Después vinieron la disolución del Parlamento de Cataluña y del gobierno de la Generalitat elegidos democráticamente por los catalanes el 27 de septiembre de 2015, la intervención política de la autonomía (la intervención económica ya se había consumado hacía unos meses), así como el encausamiento judicial y la prisión preventiva para dos activistas civiles no violentos y de diez miembros del gobierno, así como el exilio del resto, y la censura, de nuevo la censura, cerrando un centenar de webs, acosando medios de comunicación, investigando y encausar tuiteros, maestros, dibujantes y actores.

Esta publicación que tiene en sus manos quiere ser un grito plural y valiente para denunciar los ataques contra los derechos colectivos e individuales, y entre ellos la libertad de expresión. Y lo hacemos utilizando como toda arma la pluma, en forma de viñetas y de reflexiones, las viñetas que aportan una veintena larga de dibujantes satíricos de todo el mundo, muchos de los cuales colaboran con diarios de prestigio internacional, y las reflexiones escritas por una quincena de activistas sociales y culturales.

Juntas alzamos la voz para llamar bastante represión. Ni en Cataluña ni en ninguna parte.