Secuestradores de personas, de ideas, de instituciones
Tiempo atrás, los independentistas nacidos en democracia —ejem— nos preguntábamos cómo debía de ser levantarse por la mañana y pertenecer a un estado que no te molestara: tener documentos de identidad que fueran de tu identidad, por ejemplo, o hacer trámites con tu estado en tu idioma, o simplemente disfrutar de una oferta de ocio, de un café con leche o de un juicio como es debido con la lengua propia de tu país. Cosas que un ciudadano de un país normal no se tiene que preguntar nunca, y que es posible que lo sorprendan: si nunca te has sentido discriminado, ¿cómo puedes saber a qué sabe la discriminación?
En el siglo veintiuno, los catalanes nacidos en democracia solo nos podíamos imaginar conquistando más derechos; porque, como ciudadanos de la UE, se suponía que solo podías ir hacia adelante, que eran las normas. Pues ja. Hoy, además de preguntarnos por las mismas sensaciones del párrafo anterior, nos preguntamos qué debe de ser levantarse por la mañana y no tener que sufrir por los rehenes políticos e institucionales que te ha secuestrado un estado en plena involución neofranquista; o simplemente qué debe de ser poder expresar la disidencia con estos secuestradores —de personas, de ideas, de instituciones— en una protesta en la calle, con un chiste, con un rap, con un artículo, sin temer que puedas acabar denunciado, investigado, encarcelado por un régimen donde la separación de poderes se junta especialmente para escarmentar a los disidentes como tú. Cómo debe de ser que tus padres y abuelos no te tengan que decir: cuidado, porque esto con Franco ya pasaba. Abuelos y padres como los míos, asustados de por vida por los padres y abuelos de los secuestradores de hoy, que cuando saben que escribo artículos como este sufren por si algún día me dejan de leer y no es porque lo haya decidido yo. Cómo son las cosas: un día te levantas preguntándote cómo sería ver una película de estreno subtitulada en la lengua propia de tu país, y el día siguiente te encuentras preguntándote cómo debe de ser tener los derechos fundamentales garantizados.